viernes, 15 de mayo de 2020

"Cargada de futuro", editorial de El País

En el siguiente enlace de El País se puede leer el editorial completo.

Cargada de futuro
En medio de la pandemia, la cultura es de nuevo el sector más olvidado por los poderes públicos, y más ausente en los debates sobre el porvenir que nos espera. En España es imposible que izquierdas y derechas, unitarios y separatistas lleguen a acuerdos razonables en casi nada, pero en algo sí parecen estar todos de acuerdo: la cultura, aparte de vagas declaraciones generales, no les importa nada, a no ser como vehículo de adoctrinamiento identitario o ideológico y de reparto de favores clientelares.

Nunca como en este confinamiento se ha visto con tanta claridad el valor de la cultura para la supervivencia cotidiana, para el entretenimiento, para el conocimiento de las complejidades de la realidad y la búsqueda de soluciones científicas y de sustento intelectual en una situación excepcional. Las artes de la imaginación, la música, la literatura, las películas, las largas series de ficción que continúan por otros medios la tradición de la novela clásica, nos fortalecen en la adversidad, hacen la soledad más llevadera y ayudan a superar el aislamiento forzoso estableciendo lazos de afinidad con los desconocidos, con los ausentes, con los que vivieron en otras épocas experiencias tanto o más angustiosas que las nuestras. Las ciencias, una parte tan integral de la cultura como las letras y las artes, muestran ahora más que nunca su eficacia para luchar contra la epidemia y también para comprender lo que sucede, para distinguir los hechos fehacientes de los bulos y las noticias falsas, cuya toxicidad se nos revela ahora en toda su dimensión destructiva. Sin cultura, sin conocimiento, sin el rigor intelectual y la educación de la sensibilidad que se acentúan con el disfrute de las mejores creaciones de las artes, el espíritu crítico y la libertad de criterio que definen la ciudadanía no pueden ejercerse en su plenitud.

Además, la cultura es un sector económico tan crucial en la UE como otras industrias mucho más celebradas a las que los poderes públicos dan ayudas masivas. El sector de la cultura crea más puestos de trabajo en Europa que el del automóvil. Que la cultura tenga en España tan escaso reconocimiento público es todavía más hiriente porque nuestro patrimonio cultural es uno de los más ricos del mundo, y nuestro idioma uno de los más universales. La covid-19 ha vuelto más visible la extrema fragilidad de un modelo de desarrollo basado en los trabajos de escasa cualificación, en la precariedad. La cultura, el cine, la música, las artes plásticas, el patrimonio histórico, la investigación científica, crean riqueza sostenible y empleo cualificado y digno, y los crearían en mucho mayor número si políticas serias y eficaces permitieran reducir el grado de incertidumbre y de precariedad que desde la crisis de 2008 se ha cebado en estos sectores. En España las políticas culturales han oscilado con frecuencia entre el suntuoso despilfarro y la mezquindad en lo esencial. Lo que hace falta es inversión productiva, reglada y transparente, seguridad jurídica, apoyo urgente al músculo industrial y comercial de los productos y los acontecimientos culturales, que eran ya muy frágiles antes de esta nueva crisis. Inseparable de la educación, la cultura es a la vez el alimento y el fruto de la libertad de espíritu y una de las fuentes más sólidas y más prometedoras de prosperidad para un país como España.

Resumen
La cultura no ha sido ninguna prioridad para nuestros gobernantes. A pesar de que durante el confinamiento se ha puesto de manifiesto la importancia de la cultura tanto par el entretenimiento como para el conocimiento y la reflexión sobre la nueva realidad provocada por la pandemia. A esto se añade que la cultura es una actividad muy relevante para la economía de nuestro país, lo que contrasta con el escaso apoyo por parte de las instituciones públicas, lo que ha significado una precarización y escasa cualificación. Sin embargo, con la política adecuada se podría crear riqueza y puestos de trabajo de calidad. En definitiva, si la cultura contribuye tanto a la diversión como a la formación de personas libres y pensadoras, debería estar respaldada por inversiones públicas y apoyo a la industria cultural.

  • Contesta las siguientes cuestiones sobre el texto:
  • ¿Qué quiere decir el texto cuando se afirma "Las ciencias muestran ahora más que nunca su eficacia para luchar contra la epidemia y también para comprender lo que sucede, para distinguir lo qeu sucede, para distinguir los hechos fehacientes de los bulos y las noticias falsas"?
  • ¿Qué quiere decir el texto cuando se afirma "La cultura no les importa nada a no ser como vehículo de adoctrinamiento identitario o ideológico y de reparto de favores clientelares"?
  • Reformulación léxica de los siguientes enunciados:
  • Nunca como en este confinamiento se ha visto con tanta claridad el valor de la cultura par la supervivencia cotidiana.
Jamás como durante este encierro se ha podido constatar explícitamente la importancia de las artes para sobrellevar la vida diaria
  • Las artes de la imaginación nos fortalecen en la adversidad , hacen la soledad más llevadera.
La cultura fruto dela invención del ser humano nos permite crecernos ante los momenos críticos, permite que el aislamiento sea más liviano.

  • Análisis morfológico de lo siguientes enunciados:
  • En España es imposible que izquierdas y derechas lleguen a acuerdos razonables en casi nada.
  • Nunca como en este confinamiento se ha visto con tanta claridad el valor de la cultura.

  • Análisis y comentario sintáctico de los siguientes enunciados:
  • El espíritu crítico y la liberto de criterio que definen la ciudadanía no pueden ejercerse en su plenitd.
  • Que la cultura tenga en España tan escaso reconocimiento público es todavía más hiriente porque nuestro patrimonio cultural es uno de los más ricos del mundo.

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