Resumen
Irene Némirovsky tuvo una vida extraordinaria. A pesar de los tiempos convulsos que le tocaron, alcanzó su sueño, ser de las mejores escritores de su época en francés. En 1929 alcanzó el éxito con una obra que firmó con el nombre de su marido. El editor quedo muy sorprendido al conocer que la autora de esa novela era una joven tímida.
En esta obra, Irene ataca varias tabúes. El primero, es el retrato que ofrece de hombres de negocios sin escrúpulos, de origen judío, que alentaba el movimiento antisemita de los años 30. El segundo con el que rompe es el de la figura de la madre fiel y entregada a su prole. En sus novelas, se inspira en su madre, a la que presenta como un ser despreciable, egoísta, faltas de moralidad y que compiten y odian a sus hijas.
Finalmente nos dibuja una burguesía embrutecida y cruel a causa de la corrupción tanto económica, política y moral que dominaba en aquel período. Irene fue la fiel notaria de esta cruda realidad.
A continuación podéis el artículo completo de Mercedes Monmany
El sello Némirovsky.