miércoles, 20 de junio de 2018

"La pesadilla de William Blake", artículo de Jordi Soler

En el siguiente enlace de El País podéis leer el artículo completo de Jordi Soler.
Resumen
Wiliam Blake ya alertó a finales del XVIII de la rapidez con que las máquinas desplazaban a las personas de sus puestos de trabajo, e inicio una resistencia artística, de corte romántico, contra la mecanización de Eurpa y Occidente, ya que consideraba que esa mecanización traería consecuencias funestas para la civilización.
Y es que fiarlo todo a la industria y al progreso era una elección errónea; además, debía de ser  controlada por una revolución cultural, con el objetivo de que la civilización occidental no se quedara atrapada por la mera mecanización, por la producción en masa y la acumulación de capital, en definitiva, en el progreso a cualquier precio.
Sin esa revolución cultural que intentaron los autores románticos, hoy tenemos un mundo cada vez más mecanizado, donde las máquinas ya forman parte de nuestro día a día: no solo hacen nuestro trabajo sino que también nos imponen una forma de pensar, opinar y expresarnos.
Así la máquina que piensa por uno, acaba contagiándote su forma de pensar. Frente a esto Blake defendía la idea de desconfiar y pensar por uno mismo frente al pensamiento de las máquinas. Y es que las redes sociales han pasado de ser un mero reflejo de la vida real a condicionar la realidad con sus modos, sus formas y sus tics, de tal manera que la máquina nos marcara lo que debemos de pensar y que información de la red debemos seleccionar.
Por otro lado, las máquinas nos han impuesto la brevedad, con el consiguiente cambio en la manera de comunicarnos. Esta brevedad nos lleva a mensajes en los que no tiene importancia ni la forma, ni la sintaxis, ni la ortografía, solo es relevante que el mensaje llegue muy rápido. Así una frase corta y contundente tiene más valor que la verdad, un valor que ha perdido su jerarquía a lo largo de este siglo XXI.
Así los periódicos han adoptado la frase breve de Twitter, pues los nuevos lectores son capaces de orientarse entre las hojas de papel de las ediciones impresas. Por lo tanto, en unos pocos años la velocidad y la eficacia son los principales valores de nuestra época, y el éxito se mide por la cantidad, por el número, más que la verdad.
En definitiva, el gran triunfo de la máquinas consiste en la facilidad con la que nos hemos adaptado a ellas. Además, al poner en tela de juicio la verdad, ha conseguido normalizar la mentira en la vida pública sin que nadie se escandalice. A lo que se añade la devaluación de la palabra, que no tiene valor si no se transmite a través de un tuit.

1. Contesta las siguientes preguntas sobre el texto:
  • ¿Qué revolución proponían los autores románticos para controlar la revolución de las máquinas?
  • ¿Con que otra actividad establece la comparación para explicar que se ha impuesto la velocidad y la eficacia?
  • ¿Qué papel ocupa la verdad en el nuevo panorama del siglo XXI?
  • ¿Qué ha ocurrido con el valor de la palabra con la revolución de las máquinas?
2. Reformulación léxica de los siguientes enunciados:
¿Y a quién le importa decir la verdad cuando lo único que importa en el siglo XXI es que te crean?
¿Además a qué persona le interesa reconocer lo cierto si solo es pertinente en nuestros días que
te den credibilidad?
En unos cuantos años, la velocidad y la eficacia se han implantado como los valores supremos de nuestro tiempo.
En muy poco tiempo, la rapidez y eficiencia se han convertido en las cualidades más valiosas de nuestra época
Análisis morfológico del siguiente enunciado:
En el tenis de este milenio ya no hay espacio para los golpes artísticos.
Análisis sintáctico de los siguientes enunciados:
Lo único que importa en el siglo XXI es que te crean.
La brevedad que imponen las redes sociales han cambiado la manera de comunicarnos con otra persona.

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