jueves, 12 de noviembre de 2020

"Lugares sagrados", artículo de Manuel Jabois

En el siguiente enlace de El País se puede leer el artículo completo.

Lugares sagrados

Antes del primer partido de la Lazio, que afortunadamente perdió en casa contra el Nápoles, sus ultras repartieron unas octavillas en las que prohibían el acceso a las mujeres en las primeras filas del fondo norte. No hay tanto escándalo en la prohibición como en la capacidad de arrogarse el privilegio de disponer en el estadio, según su criterio, a los aficionados. Siguiendo naturalmente la doctrina que seguiría cualquier nazi tarado de haber sido dueño de un club de fútbol, como parece que lo son, sin serlo, los ultras del Lazio.

La octavilla no tiene desperdicio porque además apela a esas profundidades en las que viven, como un submundo encriptado, muchos aficionados al fútbol. “El fondo norte representa un lugar sagrado para nosotros, un ambiente con un código no escrito que hay que respetar”. Ahí está la sacralización y, sobre todo, los códigos no escritos: hay toda una filosofía detrás, dentro y fuera del campo. El código no escrito es la reivindicación de unas tablas de la ley que afectan sólo a interesados, que están a salvo de la ley y que se rigen con penas y sanciones de tribunal popular. Los Corleone lo explicaban mejor: a donde no llegaba el Estado, llegaban ellos. Que esos lugares sagrados llenos de códigos terminen, al descifrarse, siendo un refugio de directrices machistas y filonazis no es ninguna novedad. Sí lo es la respuesta del club a cada desgracia ocurrida en ese fondo (el año pasado se rieron de Anna Frank, en 1998 colgaron una pancarta que decía: “Auschwitz es vuestra patria; los hornos, vuestras casas”, recordaba Eleonora Giovio en este diario); en esta ocasión el club recuerda que no es un órgano policial, que el club “no tiene nada que ver”, y solo perjudica a su hinchada.

En esa disociación tan loca del club no sólo con su hinchada sino con su estadio, como si fuese una entidad autónoma colocada en el Icloud, es donde siempre ha estado el viejo problema. No, un club no elige a sus aficionados y tampoco puede evitar sus delitos, pero pensar que en las últimas décadas la Lazio no se ha visto perjudicada por los ultras (por no hablar de los partidos a puerta cerrada) o pensar que lo que ocurra en sus gradas está lejos de su competencia es ser demasiado compasivo. Los ultras ni se corrigen, ni se reeducan ni puede uno, siendo el club al que animan, lavarse las manos. Lo que se hace, no sólo en el fútbol, es desinfectar los lugares en los que paran, expulsarlos y obligarles a representarse a sí mismos, que es lo que hacen cuando no tienen un estadio. Dentro de él, el problema es de todos.

Resumen

Los hinchas radicales de la Lazio se rigen por unas leyes basadas en una ideología claramente machista y nazí, que difunden en panfletos antes de los partidos, que obliga a sus miembros a cumplirla si no quieren ser sancionados. Ante estos hechos el club no ha actuado ya que considera que no es su competencia; sin embargo, el club debería expulsarlos del estadio y, así, este grupo solo se representaría así mismo, puesto que su presencia en el campo es un problema para los demás seguidores y el propio club.

  1. Contesta las siguientes cuestiones sobre el texto:
  • ¿Qué quiere decir el autor del texto cuando afirma "No hay tanto escándalo en la prohibición como en la capacidad de arrogarse el privilegio de disponer en el estadio, según su criterio, a los aficioneados"?
  • ¿Qué quiere decir autor del texto cuando dice: "EL código no escrito es la reivindicación de unas tablas de la ley que afectan solo a interesados, que están a salvo de la ley y que se rigen con penas y sanciones de tribunal popular"?

    2. Reformulación léxica de los siguientes enunciados:
  • El fondo norte representa un lugar sagrado para nosotros, un ambiente con un código no escrito que hay que respetar.
La parte del estadio ocupada por los ultras se convierte en un lugar de culto para los mismos, una atmósfera con unas leyes no escritas que hay que cumplir.
  • En esta ocasión el club recuerda que no es un órgano policial, que el club "no tiene nada que ver", y solo perjudica a su hinchada.
En este caso, el equipo remarca que no es un cuerpo de seguridad ciudadana, que el equipo no tiene ninguna relación y únicamente se daña a sus seguidores.

    3. Analiza morfológicamente los siguientes enunciados:
  • La octavilla no tiene desperdicio porque además apela a esas profundidades.
  • No, un club no elige a sus aficionados y tampoco puede evitar sus delitos.
    4. Analiza sintácticamente los siguientes enunciados:
  • Antes del primer partido de La Lazio, que afortundamente perdío en casa contra el Nápoles, sus ultras repartieron unas octavillas.
  • La octavilla no tiene desperdicio porque además apela a esas profundidades en las que viven.


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