domingo, 13 de diciembre de 2020

"¿Y después?", artículo de Félix de Azúa

En el siguiente enlace de El País se puede leer el artículo completo de Félix de Azúa.

                                                                                ¿Y después?

Es imposible pensar en el más allá, en lo que viene luego, porque no hay modo de imaginarlo, de darle una imagen. No sólo es difícil para los incrédulos, los cuales suponen que después no hay nada. También para los creyentes la metafísica es de muy difícil alcance. En tiempos más poéticos el más allá se llenaba de figuras luminosas, fueran ángeles con arpa o círculos áureos de santos, mártires y divinidades. Aquel Paraíso (por no hablar de la dificultad de imaginar lo infernal) ya no se sostiene y en la actualidad los clérigos que aún conservan una grey pía han dejado de explicarlo.

Sin embargo, la necesidad de darse una imagen subsiste. Los mayores nos hemos resignado a la nada, pero los pequeños no. Tengo para mí que el éxito de la fiesta de Halloween y otras fantasías fúnebres como los zombis, responden a esa necesidad. Hay que darles una excusa a los niños para que cuando se pregunten: “Pero ¿cuánto va a durar la abuela?” tengan algo con lo que aliviarse. Simpáticos muertecitos, tiernos esqueletos casi siempre vestidos de mariachi, o muertos vivientes que dan mucho miedo, pero reconfortan porque alguno de ellos puede ser la abuela. Hay que llenar ese vacío que los mayores soportamos con cinismo y ceguera.

Reconforta, de todos modos, en tiempos tan crueles y destructivos, que aún haya quien crea en las leyendas. Hoy es la Inmaculada Concepción, uno de los mitos cristianos más modernos. Es hermoso creer que alguien se libró del pecado original, pero inimaginable. Sin embargo, ahí están los miles de creyentes que aceptan las leyendas. ¿Hay algo después de la muerte? Muchos creemos que no, pero otros tantos creen que sí e imaginan, con espíritu lírico, vírgenes sin pecado y sociedades perfectas. ¡Bienaventurados!

 Resumen

No podemos pensar en el más allá, ya que es imposible imaginarlo tanto para los no creyentes como para los creyentes. Las figuras alegóricas de épocas anteriores ya no sirven. Sin embargo, es necesario llenar ese vacío en los más jóvenes para que puedan enfrentar la pérdida de un ser querido, ya que les sirve de alivio. Finalmente, en estos tiempos tan difíciles consuela que existan personas que todavía crean en le más allá.

1. Contesta las siguientes cuestiones sobre el sentido del texto:

  • ¿Qué quiere decir el autor cuando afirma: "en tiempos más poéticos el más allá se llenaba de figuras luminosas"?
  • ¿Qué quiere decir el autor cuando afirma: "Simpáticos muertecitos, tiernos esqueletos casi siempre vestidos de mariachi,  muertos vivientes que dan mucho miedo, pero reconfortan porque alguno de ellos puede ser la abuela"?
2. Reformulación léxica de lo siguientes enunciados:

  • Reconforta, de todos modos, en tiempos tan crueles y destructivos, que aún haya quien crea en las leyendas.
Consuela, por lo tanto, en esta época tan  que todavía existan personas que aceptan esos mitos.

  • ¿Hay algo después de la muerte? Muchos creemos que no, pero otros tantos creen que sí.
¿Existe vida después del deceso? Una mayoría pensamos que  no haynada, sin embargo otra mayoría piensan que lo hay,

3. Análisis morfológico de lo siguientes enuncados:
  • También para los creyentes la metafísica es de muy difícil alcance.
  • Hay que llenar ese vacío que los mayores soportamos con cinismo y ceguera.
4. Análisis y comentario sintáctico de los siguientes enunciados:
  • Es hermoso creer que alguien se libró del pecado original, pero resulta inimaginable.
  • Aquel paraíso ya no se sostiene y en la actualidad los clérigos que aún conservan una grey pía han dejado de explicarlo.


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